
- Científicas y tecnólogas reconocen avances significativos en materia de igualdad y abogan por visibilizar el trabajo de las investigadoras, implementar las medidas de conciliación y corresponsabilidad y para corregir un sistema de evaluación, liderazgos y relaciones masculinizado
- Las investigadoras menores de 35 años dibujan un panorama preocupante: el 45,7% se ve, en dos años, avanzando en su carrera científica, mientras que el 42,9% cree que estará buscando opciones fuera de la investigación
- La encuesta se enmarca en la elaboración del III Programa Mujer y Ciencia 2022-2025, que promueve la Consellería de Igualdade, a través de la Unidade Muller e Ciencia
Científicas y tecnólogas gallegas reconocen avances significativos en materia de igualdad pero señalan la persistencia de obstáculos que lastran su promoción profesional. Valoran los cambios normativos e institucionales en pro de la igualdad de oportunidades pero les parecen insuficientes. Abogan por visibilizar el trabajo de las científicas, implementar medidas efectivas de conciliación y corresponsabilidad y por la adopción de medidas correctoras de un sistema masculinizado de evaluación, que penaliza o menosprecia el trabajo de las mujeres.
Son algunas de las conclusiones de la Primera Encuesta al Personal Científico y Tecnológico de Galicia sobre Igualdad realizada en el marco de elaboración del III Programa Mujer y Ciencia 2022-2025 , que promueve la Consellería de Promoción do Emprego e Igualdade de la Xunta de Galicia, a través de la Unidade Muller e Ciencia.
La encuesta sirvió, por una parte, para conocer “de primera mano” la opinión de aquellas personas que trabajan en el campo de la ciencia, la tecnología y la innovación de Galicia sobre la situación de las mujeres en este ámbito, y, por otra, para saber de sus propuestas de medidas para eliminar la discriminación por género. El cuestionario incluyó preguntas dirigidas a personal investigador menor de 35 años -el 29,8% de las personas que respondieron- sobre sus expectativas de futuro y también sobre cómo afectó la pandemia de la covid-19 al trabajo científico.
La diagnosis se complementó con el análisis de varias mesas de trabajo, organizadas en bloques temáticos (vocaciones científicas, promoción de carreras profesionales, obstáculos para su desarrollo), en las que participaron representantes de la administración y de las tres universidades gallegas, de asociaciones científicas y de investigadoras, de empresas y colegios profesionales.
Dar visibilidad al trabajo de las científicas y una mayor implicación de las instituciones educativas y de la Administración en la difusión y puesta en valor de las investigadoras son medidas prioritarias para fomentar las vocaciones científicas entre las niñas y adolescentes, señalaron el 80% y el 74,2% de las encuestadas, respectivamente. La necesidad de tener referentes, ejemplos a seguir especialmente próximos, son esenciales para combatir estereotipos que extienden la idea de que el el I+D+i es cosa de hombres.
Sin embargo, las mujeres no solo tienen que vencer desde edades tempranas los perjuicios y estereotipos para dedicarse a la ciencia y la tecnología, sino que encuentran obstáculos añadidos frente a sus compañeros hombres a la hora de desarrollar una carrera científica e investigadora exitosa. Esta situación de desigualdad se da tanto entre el personal de centros ligados a la Administración y la Enseñanza Superior-Universidad (sistema público) cómo entre el que desarrolla su actividad en empresas o instituciones privadas sin fines de lucro (IPSFL).
Obstáculos
Según la Encuesta al Personal Científico y Tecnológico de Galicia, las dificultades para avanzar en sus carreras están asociadas, fundamentalmente, a dos hechos vinculados al patriarcado: la mayor dedicación de las mujeres a los cuidados (de menores, de personas dependientes, del hogar) y un sistema de evaluación, liderazgos y relación profesionales muy masculinizado.
Las encuestadas, de manera general, citaron la dedicación horaria excesiva (50%), la precariedad laboral (42,2%) y el cuidado de menores y/o personas dependientes (40,5%) como las principales dificultades para avanzar. Para corregir esta realidad proponen: promover medidas de conciliación y corresponsabilidad para mujeres y hombres (el 85,6%); la adopción de medidas de discriminación positiva, tales como valorar la composición de género en las convocatorias y en los equipos de investigación (69,2%) o introducir el género como criterio de desempate en las convocatorias (47,5%).
Los matices llegan en función del centro de trabajo donde desarrollan su actividad profesional. A La hora de hablar de posibilidades de promoción, las investigadoras del sector de la Administración y Enseñanza Superior cuestionan la forma en la que se realiza la evaluación de méritos, al entender que los criterios utilizados no son tan objetivos y neutrales como parecen. El 63,1% de las personas encuestadas creen que se favorece más a los hombres, frente a un 34,5% que considera que los criterios se aplican de manera equitativa. Una desigualdad que ven más clara al evaluar el método de medir la productividad de la actividad científica: el 73% entiende que perjudica a las mujeres.
Las encuestadas reconocen y valoran los esfuerzos de la Administración por promover la igualdad y citan entre otras medidas correctoras exitosas hacer una valoración positiva de la composición equitativa de los equipos de investigación (64,2%), incluir la perspectiva de género en las universidades y centros de investigación (60,5%) o valorar los proyectos liderados por mujeres.
Por su parte, las investigadoras y tecnólogas del sector privado (empresas e IPSFL) que respondieron a la encuesta indicaron, de manera mayoritaria, que tenían la mismas posibilidades de acceso a la empresa que los hombres -el 60,7% frente a un 35,7% que no lo veía así- y, una vez dentro, las mismas oportunidades de acceso a la formación ofrecida para mejorar (el 85,7%).
Con todo, la situación cambia a la hora de acceder a puestos directivos o de liderazgo de grupos, donde son tan sólo 3 de cada 10. Dos son los principales obstáculos que frustran un hipotético ascenso: la dificultad para conciliar la vida laboral, personal y familiar, citada por el 81,5% de las encuestadas, y la pervivencia de estereotipos que conjugan el poder en masculino, apuntada por el 63%.
El personal del ámbito de la ciencia, la tecnología e innovación de Galicia valora positivamente la puesta en marcha de planes de igualdad en los centros de trabajo, ya que hasta un 54,9% de las encuestadas indicó que habían vivido alguna experiencia negativa por el hecho de ser mujeres, y hasta un 33,3% fue testigo o sufrió personalmente situaciones de acoso. Además, un 19,8% declaró que era conocedora o había sufrido en primera persona acoso sexual.
Investigadoras jóvenes
La Primera Encuesta al Personal Científico y Tecnológico de Galicia sobre Igualdad incluye preguntas dirigidas a las investigadoras menores de 35 años para conocer su presente y y su proyección profesional. Y las respuestas dibujan un panorama preocupante.
El 45,7% de las encuestadas expresaron su convencimiento de que en un plazo de dos años estarían avanzando en la carrera científica, pero un 42,9% señaló que para entonces estarán en la búsqueda de opciones fuera de la investigación, al margen del ámbito en el que se formaron.
Las expectativas para incorporarse la una plaza de profesorado, destino habitual de los investigadores en nuestro país, son desalentadoras. El 71,4% de las interesadas en optar a la docencia señalan que es un objetivo casi imposible a causa de la escasez de plazas existente y de las características de los itinerarios académicos.
Si el futuro es incierto, el presente que dibujan las respuestas es complejo. Un porcentaje significativo, el 37,1%, declaran que tienen una sobrecarga de trabajo que no les corresponde cómo investigadoras en etapa inicial. Este porcentaje se eleva al 43,8% cuando se formula si asumen tareas administrativas que no les son propias.
Impacto de la pandemia Covid-19
La Covid-19 mostró la desigualdad de las mujeres, también entre las científicas e investigadoras, a pesar de que la ciencia y la innovación jugaron un papel determinante para superar la crisis sanitaria. El trabajo en remoto se generalizó, una modalidad a la que se sumó el 91,7% del personal del ámbito científico y tecnológico de Galicia y que continúa después del confinamiento, de forma completa o complementaria, en el 85,7% de los casos.
Las tareas del hogar y los cuidados lastraron el trabajo del personal investigador, una situación que padeció hasta el 76% de las personas encuestadas y que se tradujo en una minoración de la productividad científica, en el 47,8% de los casos; y afectó negativamente para futuras evaluaciones de desempeño, en el 36,2%.
Aun así, el personal científico y tecnológico de Galicia fue capaz de encontrar algunos aspectos positivos en la grave crisis de la Covid. El 54,1% indicó que pudo asistir (vía telemática) a congresos y eventos científicos a los que no asistiría en condiciones normales. Además, un 15,5% señaló que pudo dedicarle más tiempo a la investigación. Por su parte, el 27,5% de las personas encuestadas no encontró nada positivo en el tiempo de pandemia.
Metodología
La Encuesta al Personal Científico y Tecnológico de Galicia sobre Igualdad se realizó vía telemática, con un formulario en línea, que difundió la Unidade Muller e Ciencia, entre miembros de la comunidad científica y personal investigador de la administración, universidades, empresas e instituciones privadas, y que están en distintas etapas de la carrera, a través de redes de contactos y de asociaciones y organizaciones. De este modo, el tipo de muestra es por conveniencia, es decir, que las personas encuestadas se auto-seleccionaron para participar, en lugar de ser extraídas con una probabilidad conocida de una población específica (Mullinix, 2015).
En su diseño se tuvieron en cuenta antecedentes de estudios realizados, a nivel estatal, por el Ministerio de Ciencia e Innovación (Científicas en cifras, 2021) y por el Observatorio Mujeres Ciencia e Innovación (2022).
La encuesta fue anónima y estuvo abierta a la participación desde el 23 de septiembre hasta el 7 de octubre de 2021.
El 93,4% de las personas que respondieron a la encuesta son científicas o tecnólogas, incidiendo en la idea de que la igualdad es un problema y una aspiración que alcanza a las mujeres. La escasa participación masculina impidió hacer un análisis comparativo de las respuestas por género.