Una apuesta por el presente y el futuro de la ciencia en femenino

Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Visibilizar el trabajo de nuestras científicas y tecnólogas, que las niñas tengan referentes femeninos en la ciencia que incentiven su interés y vocación por las áreas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) y corregir el rumbo de género que lastra la carrera profesional de las científicas son objetivos que guían la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
 
El 11 de febrero es desde 2015, por acuerdo de la Asamblea de Naciones Unidas, un día para apostar por la ciencia en femenino y para denunciar los obstáculos que encuentran las investigadoras y tecnólogas a la hora de desarrollar sus carreras solo por el hecho de ser mujeres. Es un día en el que la Unidade Muller e Ciencia de la Xunta de Galicia aboga por romper con los estereotipos que condicionen las aspiraciones de las niñas, al mismo tiempo que reafirma su compromiso con la igualdad de oportunidades.
 
En este sentido, la declaración institucional de la Xunta de Galicia en este día señala que “la conmemoración de esta fecha nos hace mirar hacia atrás, cuando las mujeres participaron de forma invisibilizada y discreta en los avances científicos de la historia, pero también nos hace mirar al futuro de una manera más optimista, donde ellas están llamadas a ocupar el verdadero lugar que les corresponde, liderando el conocimiento y la investigación en todos sus ámbitos, ya que la diversidad siempre aporta nuevas perspectivas, talento y creatividad”.
 
La segregación horizontal en los estudios y el mundo del trabajo, la persistencia de fenómenos como el techo de vidrio (glass ceiling) o la tubería que gotea (leaky pipeline) dejan en evidencia que la igualdad en la ciencia es aún una meta por conseguir.
 
Los roles de género asumidos de manera consciente e inconsciente desde la infancia explican, en buena medida, el mantenimiento de la segregación horizontal tanto en la elección de estudios como posteriormente en el desarrollo de la carrera profesional. Los datos recogidos por el Instituto Galego de Estatística (IGE) nos muestran que el 55% de los matriculados en las universidades gallegas son mujeres, pero si ponemos el foco en los estudios relacionados con las Ciencias de la Salud este porcentaje se eleva al 73%. Si nos fijamos en Arte y Humanidades, el porcentaje se sitúa en el 67,3%, y en un 60,3% en el caso de las Ciencias Sociales y Jurídicas. Las mujeres siguen siendo mayoría -el 56,3%- en las carreras de ciencias pero caen al 26,9% en el área de ingeniería y arquitectura, un porcentaje que disminuye hasta al 14% en la Facultad de Informática de la UDC.
 
Estamos ante un mapa que restringe el acceso futuro de las mujeres a la ciencia y a la tecnología, a la investigación y a las carreras profesionales que se enfrentarán a los retos del siglo XXI. A pesar de los avances producidos en los últimos años, el adelanto del informe europeo She Figures 2021 deja constancia de la persistencia de la segregación horizontal en el mercado laboral, con actividades y profesiones ocupadas de manera mayoritaria por hombres y otras, vinculadas a la educación y a los cuidados, altamente feminizadas y menos valoradas.
 
Tan sólo el 23% de las universidades españolas tienen una rectora al frente. En Galicia, con más de 520 años de historia universitaria, aún no hubo ninguna. La Real Academia Galega de Ciencias-RAGC empezó el año con menos de un 20% de escaños ocupados por mujeres, y todas las que hay ingresaron a partir del 2014, según un informe entregado a la propia institución por la AMIT-Gal. No llega al 24% el porcentaje de directoras en los ICUs (institutos, centros y unidades) del CSIC, según el Informe Mujeres Investigadoras 2021. Son mucho más que cifras, son el reflejo de una lucha oculta por el reconocimiento público y el ascenso de las mujeres a puestos de decisión en organizaciones dominadas tradicionalmente por hombres.
 
Esta lucha se extiende a lo largo de toda la carrera investigadora y profesional de nuestras científicas e investigadoras. La llamada tubería que gotea (leaky pipeline) muestran la pérdida continua del talento femenino a lo largo de la carrera profesional. Ya no es tan sólo la infrarrepresentación de mujeres en determinadas áreas de conocimiento, sino la pérdida del talento femenino según se asciende en la carrera científica, incluso en organismos públicos como el CSIC, que desarrollan planes para promover la igualdad de oportunidades entre sus investigadoras e investigadores. La evolución de la presencia de investigadoras -es el 42% del total de su personal- por categoría profesional es la siguiente:
 
•   Pre-doctoral: 50,54%
•   Post-doctoral: 45,8%
•   R y C (ayudas Ramón y Cajal): 41,3%
•   Científicas titulares: 40,4%
•   Investigadoras científicas: 34,9%
•   Profesoras de investigación: 26,9%
 
A pesar de los déficits, debemos subrayar que se está trabajando para cambiar esta realidad y hay avances, paso a paso, y sin vuelta atrás, hacia la igualdad. En este camino, Galicia es pionera a la hora de garantizar la igualdad de oportunidades en el campo de la investigación y la universidad, al regular por ley cuestiones como que las nuevas convocatorias de ayudas públicas -en las universidades gallegas, organismos públicos de investigación de Galicia u otras entidades del sistema I D i gallego- puedan aplicar un factor corrector para compensar los períodos de inactividad (maternidad, paternidad, permisos temporales por embarazo, lactancia o cuidado de personas dependientes) para que no supongan una discriminación en los procesos de evaluación.
 
El Parlamento gallego aprobó por unanimidad a Ley Ángeles Álvariño que, tal como recoge su texto, “busca incorporar la perspectiva de género en la universidad y en la investigación, para hacer efectiva la igualdad entre mujeres y hombres”.
 
La Xunta trabaja, a través de la Unidade Muller e Ciencia, en el objetivo de incrementar la presencia de las mujeres en los ámbitos científico y tecnológico de Galicia, visibilizando sus aportaciones y dando a conocer referentes gallegas a través de distintos programas. En ese sentido, está a punto de ver la luz el III Programa  Gallego  Mujer y Ciencia con el objetivo de lograr un sistema gallego de ciencia, tecnología e innovación que incorpore de forma efectiva el principio de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, que le dé prioridad las necesidades de las mujeres para mejorar su calidad profesional y sea respetuoso con la diversidad; y que suministre herramientas para retener el talento tanto de las mujeres como de los hombres en nuestra comunidad, para ser el motor del desarrollo tecnológico, económico y social sostenible que se quiere para Galicia.
 
El presente y el futuro están ligados a la tecnología y al conocimiento, y las mujeres no pueden quedar al margen. Las jóvenes tienen que romper estereotipos -no hay estudios y profesiones de hombres y de mujeres-  incorporarse al ámbito STEM y, si es su elección, convertirse en científicas, ingenieras o investigadoras.
 
La declaración institucional de la Xunta concluye que “resulta fundamental poner el acento en dotar de buenos ejemplos y referentes reales a las niñas gallegas, que serán las científicas del futuro. Proveer de modelos para seguir que inspiren al alumnado de nuestros centros educativos, y también a las familias, así como apoyar la trayectoria investigadora de las mujeres, y fomentar vocaciones innovadoras en las niñas, son algunas de las motivaciones que nos llevan a centrar nuestro apoyo y compromiso con las próximas generaciones de científicas de Galicia”.
 
Se puede consultar la declaración institucional completa, aquí.