El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia reivindica el papel de la mujer en la lucha contra la Covid-19 y alerta del aumento de las desigualdades por la pandemia

Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Las estadísticas son esclarecedoras. Menos del 30% de las investigadoras del mundo son mujeres. Solo el 30% de las estudiantes escogen carreras en el ámbito de las ciencias, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas. Detrás de esas cifras hay personas, historias. Ellas son las que justifican la existencia del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora  el 11 de febrero por iniciativa de la Unesco.

Este año 2021, la actualidad sanitaria define el hilo central de la celebración: Las mujeres científicas, líderes en la lucha contra la Covid-19. A pesar de ser cuantitativamente menos, su aportación en este tiempo de pandemia está resultando decisiva. Los datos así lo avalan. Según el informe 2020 Global Health 50/50, las mujeres representan el 70% de la fuerza laboral sanitaria y social. Sin embargo, solo el 30% de los puestos directivos del sector está ocupado por ellas.

Con motivo de la celebración de esta efeméride, la Unidad Mujer y Ciencia de la Xunta de Galicia reafirma su compromiso de avanzar en la visibilización de las mujeres en el mundo de la ciencia y la tecnología. Cada niña y cada niño debe poder conseguir lo que se proponga, con esfuerzo e ilusión, pero sin obstáculos de género. Para conseguir ese objetivo irrenunciable, la Unidad Mujer y Ciencia defiende los siguientes seis principios en su labor diaria:

  • Las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en la ciencia y en la tecnología, y su participación debe fortalecerse
  • Es necesario seguir visualizando y difundiendo el trabajo de las científicas y fomentar la vocación investigadora de las niñas
  • Hay que seguir poniendo en valor el trabajo de las mujeres científicas, mostrándolas cómo referentes para las nuevas generaciones de jóvenes
  • Es preciso lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, consiguiendo la igualdad de género y el empoderamento de las mujeres y las niñas en este ámbito
  • Hay que mantener la lucha contra los perjuicios y los estereotipos de género en la ciencia y la tecnología que condicionan y limitan los estudios de las niñas. El actual predominio de las mujeres en la Educación Superior esconde que, frente a la presencia masiva en determinadas áreas de conocimiento -especialmente en Ciencias de la Salud- se mantienen unas cifras de matriculación muy bajas en las ramas más técnicas, en las ingenierías y en Arquitectura. Esta diferencia en la elección condiciona y limita, en gran medida, la empregabilidade de las mujeres en el entorno productivo actual, su carrera profesional y hace persistir las diferencias de ingresos con respeto a los hombres
  • Se debe seguir avanzando en la incorporación efectiva de los criterios de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el sistema gallego de ciencia, tecnología e innovación para conseguir un verdadero cambio de paradigma en el mundo científico

El origen de esta efeméride se remonta a la 81ª sesión plenaria de la asamblea de la Unesco, celebrada el 22 de diciembre de 2015. Se aprobó con el objetivo de promover la participación plena y en condiciones de igualdad de las mujeres y las niñas en la educación, la capacitación, el empleo y los procesos de adopción de decisiones en la ciencia. En este sentido, la apuesta es la de eliminar “toda forma de discriminación contra la mujer, mismo en las esferas de la educación y el empleo (…) y promover el establecimiento de políticas y planes de estudio en el campo de la ciencia, incluidos programas escolares, para alentar una mayor participación de las mujeres y las niñas, promover las perspectivas de carrera de mujeres en la ciencia y reconocer los logros de las mujeres en este ámbito”.

Las actividades programadas por la organización de las Naciones Unidas incluyen la celebración del evento global Mujeres científicas, en la primera línea frente a Covid-19, un panel científico que se puede seguir en este enlace: https://en.unesco.org/sites/default/files/programme_idwg2021_en.pdf. Igualmente, se creó un interesante kit para medios sociales con tarjetas informativas en varios idiomas para difundir datos, hechos y experiencias de las mujeres en el ámbito científico. El material, de libre acceso y de gran interés didáctivo, está accesible en: https://trello.com/b/hY0CI34N/womeninscience. Audrey Azoulay, Directora general de la Unesco, publicó también un mensaje con motivo de esta celebración, donde señala desigualdades aún vigentes como que las niñas y las mujeres tienen hoy cuatro veces menos de probabilidades que los hombres de adquirir las competencias digitales básicas, tan esenciales en el futuro. “Estas desigualdades persistentes deben ser motivo de gran preocupación. En efecto, para hacerle frente a los inmensos desafíos del siglo XXI -desde lo cambio climático hasta los transtornos tecnológicos- nos hace falta la ciencia y toda la energía necesaria y, por eso, el mundo no puede privarse del potencial, la inteligencia y la creatividad de las miles de mujeres que son víctimas de desigualdades o perjuicios tan arraigados”, afirma Azolay en un texto que se puede consultar íntegramente aquí en español: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000372680_spa.

Más desigualdad

En el tiempo excepcional que vivimos, en una pandemia global que cambió las vidas de toda la humanidad desde hace ya más de un año, las mujeres están padeciendo especialmente las consecuencias. Las desigualdades ya existentes en ámbitos como la salud, la economía o la protección social aumentaron por el efecto de la crisis generada por la Covid-19. Esto manifestara especialmente en el hecho de que las mujeres y las niñas sufren repercusiones económicas más graves ya que, en general, ganan menos, pueden ahorrar menos y tienen puestos de trabajo más vulnerables o mismo viven prácticamente en la pobreza. Estas alarmantes conclusiones forman parte del informe Las repercusiones de la Covid-19 en las mujeres, publicado en 2020 por la ONU. En el documento se afirma que aumentaron los trabajos de cuidados no remunerados porque muchos menos y niñas no están acudiendo con normalidad a la escuela, las personas mayores precisan de más cuidados y los servicios de salud están saturados. Debido al aislamiento y las restriccións, las cifras hablan también de un aumento exponencial de los casos de violencia machista a nivel global.

Algunos números que ayudan a comprender esta situación: las mujeres dedican 3 veces más tiempo que los hombres al cuidado doméstico y no remunerado; la diferencia salarial de género se mantiene en el 16%, llegando en algunos países hasta el 35%; 740 millones de mujeres de todo el mundo trabajan en la denominada economía informal; el 65% de las mujeres tiene una cuenta en un banco frente a un 72% de los hombres; las mujeres nuevas de 25 a 34 años tienen un 25% más de probabilidades que los hombres de esas edades de vivir en la pobreza extrema.

En el ámbito sanitario, segundo el mismo informe, el número de trabajadoras sanitarias infectadas por el virus supone el 72% frente al 28% de los hombres. En el caso de Italia, el porcentaje es del 66%. Se puede consultar aquí el informe completo: https://www.un.org/sites/un2.uno.org/files/covid_and_women_spanish_new_….

El informe El impacto de la Covid-19 desde la perspectiva de género, publicado por el Instituto Basco de la Mujer, dice que seis de cada diez personas diagnosticas por Covid-19 son mujeres, lo que se relaciona con la exposición de este colectivo frente al virus por el tipo de labores que desempeñan. Ocho de cada diez personas del ámbito sanitario que están salvando vidas durante la pandemia son mujeres. Ocho de cada diez personas que trabajan en el sector de las residencias de mayores son mujeres. Nueve de cada diez de las personas cuidadoras no profesionales de personas dependientes son mujeres. Todo esto repercute en un aumento mayor entre las mujeres de problemas de sueño, miedo a perder ser amantes, ansiedad, malestar psicológico o la preocupación por contraer una enfermedad grave.

Estos datos están refrendados por otros estudios, como el publicado en enero de este año por la Consejería de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, donde se asegura que el 84,5% de los profesionales de la enfermería o el 77,8% de las personas que atienden en las residencias de mayores son mujeres. Pero el ámbito se amplía a sectores como las farmacias (76,1%), las empleadas de hogar (94%) o la enseñanza (68%). En el caso de la violencia machista, durante el confinamiento del primero estado de alarma se incrementaron las llamadas al número 016 en un 49,2% con respeto al mismo periodo de 2019.

Pola su parte, el Ministerio de Ciencia e Innovación editó el documento Género y ciencia frente al coronavirus, donde se señala que existe una importe infra-representación de las mujeres en los proyectos de investigación sobre la enfermedad habida cuenta su presencia en el ámbito sanitario. Sin embargo, hay algún datos menos negativos, como el hecho de que en la Plataforma de Salud Global, coordinada por la investigadora Margarita de él Valle, el 40% de los proyectos actuales del CSIC están liderazgos por mujeres, cifra superior al 36% de representación de investigadoras en ese organismo. El confinamiento y la dedicación a los cuidados también tuvo repercusión en una descompensación del número de artículos científicos presentados por hombres frente a mujeres por el simple hecho de disponer de más tiempo para elaborarlos. Esto es puesto que las mujeres tuvieron que seguir haciéndose cargo de las tareas domésticas y de los cuidados de personas mayores, personas con discapacidad, personas dependientes y de los niños y niñas menores de 14 años.  Aún estamos lejos de la corresponsabilidad, de uno reparto equilibrado entre hombres y mujeres de las responsabilidades domésticas y de la eliminación del estereotipo de que  “conciliar es cosa de mujeres”.

Liderando las investigación en vacunas

Día Internacional da Muller e a Nena na Ciencia

Frente a la dura realidad de los datos, las mujeres están también presentes en la vanguardia de la investigación de las vacunas de la Covid-19 que están empezando la distribuirse entre la población. Es el caso de Sarah Gilbert, la investigadora británica de 39 años que encabezó el estudios en el caso de la vacuna de Oxford y AstraZeneca. O el de Katalin Karikó, una bioquímica húngara que desarrolló avances decisivos en las vacunas de Moderna y Biotech. También Kizzmekia Corbett, líder de la investigación de la vacuna de Moderna, o la china Chen Wei, por citar otros casos.

Los estudios avalan que los estereotipos de género son una de las razones principales por la que la presencia de las mujeres en la ciencia es tan pequeña. Los datos recopilados por Ep Data del Ministerio de Ciencia y de las Universidades habla de que el porcentaje de mujeres investigadoras en España se mantiene en el 39% desde 2009, de que el 79% de los catedráticos son hombres o de que solo el 8% de los rectores son mujeres. La Unesco constató que solo el 2% del capital riesgo va destinado a start-ups dirigidas por mujeres o que solo el 22% de las personas que trabajan en un ámbito tan esencial en el futuro como la inteligencia artificial y los datos son mujeres. En el ámbito de la educación, según se apunta en la investigación Gender sterotypes about intelectual ability emerge early and influence children´s interest, publicada en Science en 2017,  desde los seis años de edad, “las niñas consideran que los niños son más propensos a ser brillantes y más aptos para actividades para gente muy inteligente”. Finalmente, en el informe The future of Jobs, se asegura que solo uno de cada cinco empleos creado en el ámbito del STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es para mujeres.

Las administración públicas en Galicia no son ajenas la esta situación. Así lo demuestra la existencia y el trabajo desenvolver desde la Unidad Mujer y Ciencia de Galicia, órgano colegiado de asesoramiento, elaboración de informes y recomendación. En su propio ADN figura el objetivo de incrementar la presencia de la mujer en los ámbitos científicos y tecnológicos, definir actuaciones encaminadas a la eliminación de los desequilibrios en la formación científica, colocar en un primero plano de los estudios y actividades científicas la perspectiva de género, así como visualizar las mujeres en el ámbito científico, tecnológico y de la innovación para promover modelos y referentes para la sociedad.

Premio María Josefa Wonenburger

Precisamente con esa perspectiva se convoca cada año el Premio María Josefa Wonenburger Planells, que homenajea a la investigadora y matemática gallega, pionera y referente femenino internacional en el ámbito de las ciencias. En su última edición, la galardonada fue Amparo Alonso Betanzos (Vigo, 1961), catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia artificial de la Universdidade de A Coruña. Desde allí coordina el Grupo LIDIA (Laboratorio de I+D en Inteligencia artificial) perteneciente al Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CITIC). En el acto de entrega del premio, Alonso destacó que solo el 13% del alumnado de su facultad son mujeres. Ese fenómeno, dijo, “tiene que ver con la educación que les damos a nuestros hijos y a nuestras hijas, a veces sin querer, con la forma en la que nos relacionamos en la sociedad, con la publicidad, con la visualización tan escasa que se hace de las mujeres en la ciencia. Tu le preguntas a un niño o la una niña que mujeres científicas conoce y sabrán ir poco más allá de Marie Curie”.

Para ayudar a romper con esa dinámica, en la trayectoria del premio se destacó la labor de otras mujeres como Mabel Loza García (2019), Alicia Estévez Toranzo (2018), Begoña Vila Costas (2017) o Peregrina Quintela Estévez (2016), en un listado que comenzó con la primera edición del galardón, en 2007, con Inmaculada Paz Andrade. La nómina completa de ganadoras puede consultarse aquí: https://unidadedamullereciencia.xunta.gal/es/premio-maria-josefa-wonenburger/premiadas?page=0. Este organismo publica también Unidades didácticas sobre las ganadoras del premio, accesibles de forma libre en la siguiente dirección: https://unidadedamullereciencia.xunta.gal/es/recursos.

NI+NI -, iguales

La actividad de la Secretaría General de la Igualdad cuenta con otros programas, como lo NI+NI -, iguales, con el objetivo principal de favorecer el encuentro con mujeres líderes nos sus respectivos sectores para que las chicas y los chicos de Educación Secundaria tengan referentes femeninos en sectores laborales donde a día de hoy no existe paridad de género. La iniciativa llegó ya a 1.500 alumnos de 13 centros educativos. También, en colaboración con el CESGA, organiza el concurso anual #ApuntasTECH, dirigido a centros educativos, que busca propuestas divertidas o innovadoras que hagan uso de las TIC de manera transversal y creativa, donde el uso de la tecnología es un medio para despertar vocaciones tecnológicas entre las chicas.

Otro proyecto de la Xunta de Galicia es el programa Doñas de sí, que pretende visibilizar y poner en valor a participación y la producción de las mujeres como piezas fundamentales en la configuración y en el desarrollo de la sociedad gallega contemporánea. El programa, dirigido a centros educativos, pretende específicamente reconocer los valores y aportaciones de las mujeres a la innovación cultural, científica e intelectual, situándolas en los contextos que les tocó vivir. Igualmente, se fomenta en el alumnado una educación libre de estereotipos de género, la igualdad de oportunidades y la coeducación.

Marisol Soengas, médica gallega galardonada con el premio Mª Josefa Wonenburger en el año 2009 y especialista destacada en la investigación contra lo melanoma, afirmaba en una entrevista publicada en Él País en 2018 que “las mujeres científicas no somos bichos raros. Tenemos que normalizar que una mujer puede ser científica y conseguir puestos de responsabilidad. Y es muy importante trabajar con las escuelas y también el papel de los medios para visibilizar a las mujeres científicas que fueron olvidadas por la historia”. Hoy, 11 de febrero, es un buen día para reivindicar estas palabras.