Ana Jesús López Díaz: “Hay una preocupante y persistente pérdida de talento femenino a medida que se avanza en la carrera científica”

Ana Jesús López Díaz

Ana López Díaz es profesora titular de Ingeniería Mecánica de la Universidad de A Coruña y presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnológas en Galicia. En esta entrevista hablamos con ella sobre los retos de la igualdad y la preocupante bajada en el número de matrículas de mujeres en las carreras de base científica o técnica.

- Uno de los principales problemas para avanzar en la igualdad es la falta de referentes femeninos en el ámbito de la ciencia y la tecnología. ¿Qué medidas habría que tomar para cambiar esa situación?

- Es fundamental visibilizar a las mujeres en general, pero más en particular a las mujeres científicas y tecnólogas, en los libros de texto y otros materiales docentes ya desde los primeros niveles de escolarización. Eso pasa por cambiar los ejemplos, las imágenes, los contenidos que se trabajan en las aulas. Hay que mostrar las aportaciones de las mujeres en todos los ámbitos, y hay que desmontar ese mito de la “genialidad”. La ciencia y la tecnología son un trabajo colectivo, acumulativo, en el que todas y todos podemos aportar cosas. 

- ¿Qué se pretendía con la iniciativa #NoMoreMatildas? ¿Cómo puede ayudar en ese ámbito? 

- Lo que se pretendía era precisamente demostrar que existen y existieron las mujeres científicas, pero que fueron y siguen siendo invisibilizadas o minusvaloradas frente a sus compañeros varones. El principal logro de la campaña fue dar a conocer esta realidad, que mucha gente desconocía, que hizo pensar y ser conscientes a muchas personas y entidades, nacionales e internacionales (incluso la embajada china tradujo la campaña a su idioma). Los materiales que se elaboraron y que están a disposición del profesorado, o de quien los quiera usar, pueden servir no solamente para dar a conocer a esas “matildas” sino también para inspirar a la búsqueda de muchas otras. En ese sentido, desde AMIT-Gal, el nodo gallego de AMIT, lanzamos el 8 de marzo una campaña para buscar a las “matildas gallegas”. 

- La educación primaria y secundaria son claves a la hora de incentivar las carreras científicas. ¿Se está haciendo lo suficiente para que cada vez más niñas decidan dedicarse a ellas?

- Pienso que se están haciendo cosas muy interesantes, pero que dependen siempre del voluntarismo y del compromiso desinteresado de muchas mujeres científicas, profesoras, etc. Esto no puede seguir así. Si de verdad se quieren cambiar las cosas tiene que haber un compromiso institucional, tiene que entrar en las agendas políticas, tiene que haber presupuestos… Hay que formar al profesorado, hay que cambiar la forma en la que se enseña la ciencia y la tecnología como algo abstracto, frío y sin aplicación directa sobre el bienestar de las personas y del medio ambiente. 

- ¿Cuál es el papel de la familia en el camino hacia la igualdad?

- Es muy importante porque puede perpetuar los estereotipos y roles tradicionales pero, además, está demostrado que las expectativas que las familias tienen sobre las hijas y los hijos son diferentes. Esto sigue condicionando el tipo de estudios que seleccionan. Por eso es necesario un duplo esfuerzo en las instituciones y políticas educativas para romper el círculo. 

- En la Universidad sigue existiendo un gap en el número de mujeres que están en puestos de responsabilidad frente a sus colegas hombres. ¿Cómo se puede romper esta dinámica?

- Yo soy una firme defensora de las acciones positivas, no és cuestión de tiempo.

- ¿Cómo va la evolución de la presencia de mujeres como estudiantes en las carreras técnicas, donde hubo siempre más presencia de los hombres?

- La realidad es que la situación está empeorando. Hubo una importante subida pero desde hace años, me atrevo a decir que desde que las titulaciones se adaptaron al Espacio Europeo de Educación Superior con los grados y máster, la presencia femenina en las ingenierías sufrió un retroceso. Según el informe Científicas en Cifras 2021, las alumnas representan el 56% en los títulos de Grado y Máster en las universidades españolas, pero en ingeniería y arquitectura únicamente una de cada cuatro estudiantes de grado (el 25%) es mujer. Si hacemos un análisis más detallado, hay ingenierías donde el porcentaje femenino está en alrededor del 10%.

- ¿Qué medidas se deben tomar a nivel legislativo para fomentar la igualdad de mujeres y hombres en el ámbito de la Universidad?

- La AMIT forma parte de la Mesa sobre Género y Universidades del ministerio de Universidades así como del Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación, por lo que participamos activamente aportando nuestro conocimiento sobre la situación de  las mujeres en el ámbito de la investigación en universidades y OPIS, tanto en la Ley de la Ciencia como en la LOSU. También, ya desde AMIT-Gal, ofrecemos nuestra colaboración a los distintos grupos políticos del parlamento de Galicia sobre las enmiendas de la Ley Ángeles Alvariño, aportando ideas y comentarios. Es muy necesaria la participación de una asociación como la nuestra, que conoce de primera mano, y sufre en muchos casos, la desigualdad en la  investigación. La carrera docente e investigadora en la universidad es muy distinta a otros ámbitos, y recetas que pueden valer para otros colectivos pueden ser nefastas o directamente perjudiciales para la carrera de las mujeres investigadoras. 

- ¿En qué consiste la propuesta de la AMIT para modificar la Ley de la Ciencia?

- Las propuestas de reforma se agrupan alrededor de cuatro conceptos: género, gobernanza, personal y transferencia. Consideramos fundamental un Plan de Choque para que la ratio de investigadoras-es/habitante aumente hasta la media de la EU y siempre teniendo en cuenta la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres. Proponemos, entre otras cosas, poner en marcha medidas de apoyo específicas para las investigadoras jóvenes, incluyendo ayudas económicas para apoyar la movilidad en el caso de tener hijos o dependentes a su cargo. También, formación sobre los sesgos de género para todos los comités, comisiones y tribunales evaluadores de proyectos y selección de personal. Igualmente, la adopción de los principios DORA e Leiden en la evaluación de méritos, asegurando evaluaciones multi- dimensionales que incluyan todos los aspectos relevantes y no sean discriminatorias para colectivos concretos. Y, por supuesto, el refuerzo de las unidades de igualdad de las universidades y centros de investigación.

- La AMIT publicó una guía para mejorar la presencia de investigadoras en la comunicación de la ciencia. ¿Cuáles son los puntos clave de dicha guía?

- Promover desde las instituciones la presencia de mujeres como “expertas” en los medios de comunicación. Para eso proponemos la elaboración de bases de datos de mujeres expertas que puedan ser fácilmente consultadas por los medios, y dar formación y herramientas a las investigadoras para poder realizar con soltura ese labor de divulgación; pero al mismo tiempo valorar ese labor de difusión y divulgación en los currículos de las investigadoras. Esa es la finalidad de la base de datos de mujeres investigadoras y tecnológas que mantiene la asociación. Es una herramienta para buscar “expertas” sobre algún tema, para que no sigan repitiendo eso de “es que no hay mujeres expertas en este tema”.

- ¿Que consejo le darías a una mujer que quiere dedicarse a la investigación en el ámbito universitario? ¿Cuáles son las principales dificultades que se va a encontrar?

- Le diría: ¡¡¡Adelante!!! Vas a tener que luchar más que tus compañeros varones para conseguir lo que queires, pero trata de buscar el apoyo de otras mujeres que están como tú, o que ya pasaron por eso. Es un problema estructural, no es una cuestión individual. Para cambiarlo se requiere el esfuerzo y apoyo de muchas mujeres (y hombres) comprometidas.  

- En esta pandemia que estamos vivendo se puso de manifiesto que las mujeres sostuvieron el sistema sanitario -donde son mayoría- pero también el social -cuidados de mayores, hijas e hijos, etc.- Pero también hizo que muchas tuvieran que dejar un poco de lado su carrera para atender estas obligaciones. ¿Qué consecuencias puede traer la Covid-19 para ellas cuando volvamos a la normalidad?

- En muchos casos verán cómo pasan por delante de ellas otros compañeros que no se responsabilizaron de esas tareas.

- ¿Cuáles son las principales líneas de actividad de la Oficina de Igualdad de Género de la UDC? ¿Qué destacarías del plan de igualdad (2019-2023) y del protocolo frente al acoso sexual que se puso en marcha?

- Desde febrero del año pasado ya no soy la directora de la OIX, pero es cierto que fui la responsable de la elaboración del primer y segundo plan de igualdad. Del segundo (2019-2023) quizás destacaría la creación de la figura de Responsable de Políticas de Igualdad en los distintos centros de la UDC, que bajo la coordinación de la OIX, promueve la asunción de responsabilidades de cada centro en el desarrollo de las políticas de género. También destacaría la ampliación del protocolo frente al acoso sexual y por razón de sexo a los casos de acoso por orientación sexual e identidad o expresión de género.

- ¿Cuáles son los principales retos de la igualdad en la UDC y en la universidad gallega?

- En todas las universidades se observa el fenómeno de la “tubería que gotea”, la persistente y preocupante pérdida de talento femenino a medida que avanzamos en la carrera científico/docente. Las investigadoras jóvenes se enfrentan a grandes dificultades para poder conciliar su vida personal con la carrera investigadora. No hay verdaderas políticas para estabilizar y retener al persoal investigador y las más pejudicadas son las mujeres. En las universidades gallegas solamente un 21% de las cátedras están ocupadas por mujeres. Por otra parte, como ya señalé antes, hay una segregación horizontal muy grande, las carreras PECS (acrónimo del inglés Physics, Engineering and Computer Sciences) están fuertemente masculinizadas, ésto supone no solamente una pérdida de talento en esos ámbitos muy ligados a los retos tecnológicos de nuestra sociedad, sino que traerán consigo una ciencia y una tecnología sesgada e incompleta. Es un verdadero problema social que no se quiere ver porque las instituciones están enfocadas en el cortoplacismo.

- ¿Cuáles son las principais deficiencias de la Universidad a nivel general? ¿Qué habría que hacer para fomentar la investigación, mejorar la calidad y darle estabilidad a las nuevas generaciones de profesoras/es e investigadoras/es?

- La principal deficiencia es la escasa financiación. No se puede hacer una ciencia de calidad, competitiva, ni una docencia universitaria de calidad, con los medios que tienen las universidades. No se puede ofrecer estabilidad y no se puede retener el talento sin financiación.  

- Otro de los problemas es la falta de directivas de empresas y de spin-offs, puestos que normalmente están ocupados por hombres. ¿Se está produciendo un cambio en es ámbito o aún queda mucho por hacer?

- No conozco ese tema en profundidad, pero respecto a las spin-offs y empresas de base tecnológica y otras actividades de transferencia del conocimiento universitario, acaba de publicarse en una revista internacional un estudio que hice con otra compañeira de AMIT sobre el tan controvertido sexenio de transferencia que pone de manifiesto la necesidad de incorporar también en la transferencia la dimensión de género; si no se hace así, la brecha de género no disminuirá, se verá incrementada. 

- ¿En que proyectos estás trabajando actualmente?

- Mi investigación se desarrolla dentro del Laboratorio de Aplicaciones Industriales del Láser, en el campus de Ferrol. Mi trabajo está enfocado hacia la aplicación del láser en el ámbito de la conservación del patrimonio. Tenemos un proyecto en colaboración con investigadoras e investigadores de la Universidad de Vigo y de la Universidad de Salamanca sobre automatización de los procesos de ablación láser para la limpieza e hidrofugación de rocas ornamentales. Por otra parte, mi compromiso com el feminismo y especificamente con la igualdade en el ámbito de la investigación sigue activo y estoy organizando unas jornadas, subvencionadas por el Instituto de las Mujeres, precisamente sobre la dimensión de género en la transferencia del conocimiento universitario, que se desarrollarán en línea en septiembre.