África González: “Se precisa de mucha resiliencia para afrontar una carrera científica”

África González

África González Fernández es catedrática en Inmunología en el Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) de la Universidad de Vigo. Esta doctora en medicina y cirugía, expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología, es uno de los mayores referentes de la investigación en Galicia y una de las expertas que mejor puede explicar la actual pandemia. Hablamos con ella de educación, empresa, mujer y de la Covid-19, pero también del proyecto en el que está actualmente trabajando, una terapia para el cáncer de páncreas.

- La tasa de incorporación de la mujer a las carreras de tipo técnico y científico sigue siendo inferior a lo deseado para alcanzar un escenario igualitario. En tu opinión, ¿qué es lo que sucede para que no avancen las matriculaciones? 

- Hay que empezar desde la base, en la educación en las escuelas, eliminando estereotipos. Necesitamos referentes femeninos en esos ámbitos y fomentar puestos de trabajo atractivos y bien remunerados.

- Uno de los problemas es precisamente la falta referentes. Ha existido una tradicional ocultación sobre las mujeres científicas, cosa que no sucede con los hombres. La última premiada con el María Josefa Wonenburguer, Amparo Alonso, decía en una entrevista que nos es muy difícil recordar mujeres referentes más allá de Marie Curie. ¿Cuál es su punto de vista a este respecto?

- No se han visibilizado a las mujeres científicas y muchas veces sus logros han sido ocultados. Los libros de texto tienen sobre todo figuras masculinas. Al haber menos líderes de grupos, publican menos, tienen menos proyectos, no son invitadas a congresos, no reciben galardones (Nobel, Principe de Asturias). Es un círculo vicioso. Por ejemplo, tenemos a una mujer, Margarita Salas, la persona que le ha hecho ganar más dinero al CSIC con su patente, que ni siquiera en su Asturias natal recibió el Príncipe de Asturias.  

- Hay otra ausencia destacable en los puestos de gestión y de dirección, tanto en la Universidad como en las empresas. Muy pocas rectoras en los campus, por poner un ejemplo. ¿Cree que esto está cambiando?

- Hemos avanzado muchísimo en tan solo una generación, pero aún nos queda mucho. Las jóvenes lo tienen ahora mucho más fácil, pero tienen que querer dar el paso hacia delante. Esto requiere mucho esfuerzo y dedicación. Es una carrera de fondo.

Este gap en puestos de gestión y dirección se observa en todos los países, no solo España, y puede haber muchos factores relacionados: la maternidad en la época más productiva de la carrera investigadora, el no querer exponerse a críticas, el sentido de la responsabilidad, la sensación de culpa, el cuidado de mayores y niños, viajes-estancias en el extranjero, etc.

La famosa tijera donde figuran cada vez menos mujeres en puestos de dirección se ha mantenido a lo largo de los años, incluso en países como Dinamarca que incluyeron medidas de apoyo a la baja de maternidad con mantenimiento del puesto de trabajo. Después de 10 años, la figura es la misma. Hay que analizar los motivos.

- ¿Qué dificultades encontró en su etapa emprendedora y como empresaria? ¿Cuáles son los retos, los problemas y las satisfacciones de liderar un proyecto?

- Tener una idea es fácil, lo difícil es llevarla a cabo. La financiación en una empresa biotecnológica es lo más difícil de conseguir. En la etapa inicial tuvimos mucho apoyo gracias al empujón que supuso recibir el primer premio de Genoma España y, posteriormente, otros reconocimientos. Igualmente, fue fundamental la ayuda financiera del programa Neotech, y de un business angel que apostó por la empresa desde el principio, junto a la inversión de los promotores iniciales.
Los principales problemas de una empresa biotech son la necesidad de nuevas ideas para que los productos no queden obsoletos, vivir en una continua renovación y, por supuesto, conseguir y mantener la plantilla, para lo que se requiere financiación estable y venta de productos de forma mantenida.  La mayor satisfacción como co-promotora de NanoImmunoTech es comprobar que tuvimos una buena idea, que seguimos con ilusión 12 años después, que se da trabajo a investigadores, y que seguimos aprendiendo cada día.

La visión de la empresa es muy diferente a la de la investigación que llevo a cabo en la Universidad: todo tiene una finalidad concreta y medible, con tiempos y con resultados. 

- Teniendo en cuenta su experiencia, ¿qué consejo le darías a una mujer joven que quiere dedicarse a la investigación en España?

- Que si quiere, puede, que es un mundo apasionante. Investigar se puede hacer en cualquier campo. Es hacerse preguntas e intentar responderlas con experimentación, con rigor, con repetición, con esfuerzo, con mucha dedicación. Pero también con ilusión. Hay que tener mucha resiliencia para aguantar pero una vez que entras, ya no quieres salir. 

También le diría que no es nada fácil, y que debe formarse muy bien. Los mejores siempre encuentran un sitio, dentro o fuera de España. Es un sistema muy competitivo por los recursos escasos.

- ¿Cree que la educación básica -familia, escuela, medios de comunicación- favorece la igualdad o queda camino por hacer?

- Queda muchísimo por hacer. Tenemos sesgos, estereotipos, publicidad, juguetes, educación sexista, colores atribuidos a un determinado sexo, expresiones, etc. Hay que empezar desde niños en la escuela, pero sobre todo en casa. Lo mejor es educar con el ejemplo. En mi casa, mi marido cose, compra, cocina. Yo también, pero menos. Por lo tanto, mis hijos vivieron esto desde pequeños. 

- ¿Qué deficiencias sigue teniendo la ciencia en España?

- Tres cosas: no hay una carrera profesional definida, escasa financiación (España invierte un 1,25% del PIB mientras Israel invierte un 4%) y falta estabilidad laboral. 
Cada 3 años hay que solicitar financiación y, si no la consigues, tu grupo desaparece. Hay muchas menos oportunidades que en otros países. 

- ¿Cambiará la epidemia esos porcentajes de inversión? ¿Cree que la ciudadanía es consciente de su valor como apuesta de futuro?

- Espero que sí, pero la verdad no soy muy optimista. Ya pasó con el sida y después todo se olvida. Creo que todos han visto que la ciencia nos sacará de esto pero, tal vez, cuando la pandemia pase, volveremos a ser un país de sol, playa y hostelería, en vez de pensar que hay que cambiar el modelo productivo para generar productos de mayor valor añadido, que se debe apoyar a las empresas biotecnológicas, que es necesario apostar por empresas fuertes y potentes en nuestro país, cuestiones que nos devolverían al nivel que nos merecemos.

- Recientemente se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, este año dedicado a los efectos de la pandemia. ¿Están siendo las mujeres la primera línea frente a la Covid-19?

- En general siempre ha habido más mujeres en el sector de los cuidados y esto es lo que se ha visto en la pandemia, agravado además por los cuidados en casa tanto de mayores como de niños, sobre todo en el confinamiento.

- Al mismo tiempo, ¿están padeciendo más las mujeres las consecuencias de la crisis derivada de la pandemia en cuanto a oportunidades laborales? 

- Durante este tiempo las científicas sufrieron de nuevo más que sus colegas hombres. Han conseguido menos proyectos, han publicado menos, han aparecido mucho menos en webinars, prensa, etc. El teletrabajo ha sido un arma de doble filo. Hay publicaciones a este respecto. Una vez más, la crisis ha empeorado la situación que teníamos antes y, otra vez, ha recaído más en las mujeres.

- Hemos pasado unos meses muy duros por la pandemia. Y lo que aún queda. ¿Cree que la sociedad se ha comportado de manera correcta y que ha sido consciente de cómo debía actuar? ¿Las administraciones lo hicieron bien?

- La sociedad en su conjunto se ha comportado de manera ejemplar, con pequeñas excepciones que hacen mucho ruido mediático. Ha sido extraordinario cómo hemos aceptado todos llevar mascarilla, el confinamiento extremo, etc. Creo que como sociedad hay que darnos un 10. 
En una pandemia como esta nadie es experto. Todo ha sido nuevo y ha habido que ir improvisando y tomando decisiones muy duras. Se hizo lo mejor que se ha sabido, y como país no se ha hecho mucho peor que en otros sitios. Cuando parecía que otros países lo estaban haciendo perfecto, vimos que tuvieron las mismas o peores cifras que nosotros.

Lo único que creo que es mejorable es que la coordinación debería ser centralizada, con planes consensuados y únicos para toda España.

- ¿Ha primado el criterio científico en la pandemia o lo ha hecho más el económico o el político?

- Pienso que, en general, se priorizó el criterio científico, pero también hubo decisiones, como una desescalada de forma muy rápida en el verano, que nos costó la segunda ola. Y en Navidades, la tercera. Ahí se intentaba salvar la economía. Sin embargo, sin salud no hay economía. Ahora este mensaje está más claro. También es cierto que ahora ya tenemos vacunas y pensamos que el final está más cerca.

- ¿Qué le diría a alguien que no quiere vacunarse?

- Le diría que se informase, que entienda bien qué es una vacuna, el procedimiento médico que más vidas salva anualmente, que protege de la enfermedad y de sus secuelas.

- ¿Qué piensa de los movimientos antivacunas y negacionistas?

- A los movimientos antivacunas y negacionistas de la enfermedad les pediría que vayan a los hospitales, a la UCI, a trabajar una semana para ver a los enfermos y a sus familias. Tal vez viendo la realidad de cerca puedan cambiar de opinión. De todas formas, en España creo que este tipo de movimientos son minoritarios, aunque hacen mucho ruido.

- ¿El virus ha venido para quedarse? ¿Cuándo podremos recuperar una vida parecida a la que llevábamos en 2019?

- Creo que ha venido para quedarse y que pasará tiempo hasta que, quizás, se comporte como el resto de los coronavirus del catarro común, que suelen infectar a niños pequeños de forma bastante banal.

Cuanta más gente esté inmunizada, habrá muchos menos casos graves de Covid en personas mayores, pero es posible que se incrementen entre la gente joven que no esté vacunada. Por este motivo hay que vacunar de forma rápida a la mayor población posible.

- ¿Cuánto debemos preocuparnos por las variantes del virus?

- Están apareciendo variantes de forma continua, pero muchas de ellas no se expanden. Las que vemos son las que tienen alguna ventaja que les hace que se puedan propagar más fácilmente. La variante europea es distinta que la que afectó a China inicialmente, con una mutación que ya la hizo más infectiva. Esto está pasando con las otras variantes. Lo que me preocupa es si aparecen variantes para las cuales las vacunas no fueran eficaces. En cualquier caso, la respuesta inmunitaria algo detectará del virus aunque cambie, así que es siempre mejor estar vacunado que no estarlo.

- No es la primera vez que el ser humano se enfrenta a una pandemia. ¿Es probable que vengan más en el futuro?

- Tenemos pandemias de la gripe cada 30-40 años; hemos tenido la del sida, gripe A, ébola, SARs, MERs y ahora el SARS-Cov-2 (no se si me olvido de alguna) y, por supuesto que es posible que vengan más en el futuro. Para esto deberíamos estar mejor preparados, hacer más investigación básica, detectar en origen zoonosis, evaluar los posibles riesgos, establecer planes de contingencia en el caso de una nueva pandemia, bioinformática para detectar posibles mutaciones futuras, empresas que puedan hacer vacunas. Y necesitamos un Centro Nacional de Inmunología. Actualmente tenemos de oncología, microbiología, epidemiología, y enfermedades cardiovasculares. Pero nunca antes se había visto la necesidad tan imperiosa de un Centro dedicado a la inmunología para estudiar la respuesta inmunitaria, las técnicas de diagnóstico, la inmunoterapia y nuevas vacunas, entre otras actividades.

- El espectacular desarrollo de las vacunas en tan poco tiempo se ha encontrado ahora con serios problemas para la fabricación y la distribución. ¿Estamos teniendo en cuenta suficientemente a los países menos favorecidos económicamente o el proceso está siendo egoísta por parte de los países ricos?

- La OMS ha dicho que deberíamos ser solidarios y que se vacunara a toda la población mayor a nivel mundial, ya que la edad es el factor de riesgo más importante. Las vacunas son para proteger de una enfermedad grave y, por tanto, los más vulnerables deberían ser los primeros. Deberíamos tener una conciencia más global de toda la población humana, y no de un territorio o región. Es un virus que se expande por el aire y, por tanto, nadie está libre de él. Si queremos viajar dentro de un tiempo, por ejemplo, querremos que el país de destino no tenga virus, y para eso tenemos que apoyar que todo el mundo pueda tener acceso a la vacuna.

- ¿Las nuevas técnicas para crear vacunas abren posibilidades para otras enfermedades?

- La obtención de vacunas en menos de un año ha sido un reto científico y tecnológico impresionante. Nadie creía que pudiéramos tenerlas en tan poco tiempo. Y sobre todo de una tecnología nueva como la del RNA. Es una vacuna fácil de hacer a partir de la secuencia del patógeno y, por tanto, si fuera necesario hacerla para nuevas variantes o para nuevos patógenos, se pueden hacer de forma rápida. Lo que aún no sabemos es la memoria que darán a largo plazo estas vacunas, comparadas con otras como las que tienen adenovirus (AstraZeneca, Johnson, Sputnik), pero la protección que han ofrecido es espectacular (95%).

Las vacunas de RNA han abierto también opciones a otras enfermedades y, de hecho, la empresa Biotech ha publicado un trabajo en un modelo animal de esclerosis múltiple con buenos resultados.

- ¿Cómo ve la ciencia en Galicia?

- Galicia invierte menos que la media española y mucho menos que la media europea, y tiene los problemas que antes indicaba de falta de una carrera investigadora, estabilidad y financiación.

Las universidades colaboran y hay algunas empresas biotecnológicas bien posicionadas, en concreto en Porriño está Lonza y el grupo Zendal, que va a desarrollar una de las vacunas con proteínas junto con Novavax. Sin embargo, falta mucho camino para que España y Galicia sean motores. Eso sí, de todos los sectores el que más conozco es el biomédico, y ahí hay investigadores excelentes.

- ¿En qué está trabajando actualmente?

- Tengo un proyecto de terapia de cáncer de páncreas a través de un abordaje triple: genético, inmunológico y farmacológico. El cáncer de páncreas es el más difícil de tratar y, por tanto, creemos que necesitamos ideas innovadoras para abrir nuevos caminos de terapia antitumoral. Tenemos en el CINBIO de la Universidad de Vigo un grupo multidisciplinar excepcional, del cual me siento muy orgullosa, trabajando en inmunología, con gente joven como Lara, Amparo, Araceli, Javier, Immacolatta y Andrea. La doctora Rosana Simón está desarrollando nanoestructuras y liposomas para dirigir la terapia; el doctor José Faro trabaja en modelización de la respuesta inmunitaria, y la doctora Susana Magadán está estudiando la evolución del sistema inmunitario y colabora en el desarrollo de una vacuna para alergia a pescado junto con la doctora Mónica Carrera, del CSIC de Vigo.